Fotoetnografías de la pandemia

Acerca de

A más de dos años del comienzo de la pandemia causada por el virus SARS-COV-2 todas y todos nos hemos visto transformados, desde nuestra cotidianidad hasta nuestros espacios de divertimento. Toda práctica humana de relación social se adaptó, modificó, alteró, y demás, para poder continuar. Desde nuestras trincheras hemos hecho casi de todo para resistir, y ahora, tras la implementación de la vacuna y la continúa baja de contagios, una suerte de nueva “normalidad” se va construyendo para continuar con el curso de la vida, aunque hay muchos aspectos que cambiaron quizá ya no tengan vuelta atrás.

Esta página ha buscado ser un registro de estos cambios en algunas prácticas sociales, es el resultado de los trabajos finales de las y los alumnos de las materias de Fotoetnografía y Cine Etnográfico las cuales imparto en la licenciatura de Antropología Social de la Universidad Autónoma Metropolitana de la Unidad Iztapalapa, de los trimestres 20-O, 21-I, 21-P y 21-O. Es una muestra desde su experiencia vivida en estos últimos dos años y dan cuenta de sus sentires, pensares y preocupaciones personales, familiares y sociales.

Son una serie de fotoetnografías, cortos documentales y audio documentales de los tiempos que les ha tocado vivir, y sobre cómo ellos y ellas, los futuros antropólogos y antropólogas reflexionan, observan, perciben y analizan su entorno más inmediato. Usted encontrará diversos temas como educación, salud, amor, economía, alimentación, religiosidad, cuerpo, entre otros.

Podrá localizar en el mapa de abajo con su respectiva ubicación. Para leer y mirar cada una solo tendrá que darle click en Ver y se desplegará una ventana que contiene las fotografías y un texto, ambos producidos por las y los alumnos entre diciembre de 2020 y julio de 2021. Ubicados en su mayoría en el Valle de México y otras en Michoacán y Oaxaca.

Debo hacer especial énfasis en el método etnográfico como eje central de la formación antropológica, sin duda estos trabajos nos dan cuenta de su búsqueda por hacer antropología desde y en casa. Tratando de explotar al máximo sus posibilidades y así continuar con sus estudios, así mismo con la responsabilidad social de analizar su contexto.

Esto es un cambio importante para los lugares donde la antropología social se desenvuelve “comúnmente”. En sus inicios los antropólogos como Malinoswski buscaron hacer estudios sobre grupos que se racializaron y se consideraron por muchos años como la otredad. Para investigarlos se tenían que realizar largos viajes con estancias de periodos extensos, incluso el mismo viaje era parte importante y mostraba el comienzo de eso que llamamos el trabajo de campo:

Imagínese que de repente está en tierra, rodeado de todos sus pertrechos, solo en una playa tropical cercana de un poblado indígena, mientras ve alejarse hasta desaparecer la lancha que le ha llevado. Desde que uno instala su residencia en un compartimento de la vecindad blanca, de comerciantes o misioneros, no hay otra cosa que hacer sino empezar directamente el trabajo de etnógrafo. (Malisnowski, 1973:22).

Gran parte de las bases de la antropología, y más desde su metodología, fueron construidas desde investigaciones a pequeñas sociedades, las cuales “aparentemente” tenían una marcada diferencia en sus prácticas sociales ante las occidentales. No obstante, la antropología ha sido autocrítica y ha respondido con cambios epistemológicos a lo largo de su historia.

Un ejemplo de ello es el cambio de perspectiva con relación al territorio, pues con la industrialización hubo una migración del campo a la ciudad, es decir, muchas de las personas que habitaban en los lugares distantes de los antropólogos y antropólogas ahora estaban en las urbes. Surgiendo así la antropología urbana.

[…]En Europa la migración internacional del trabajo y, en menor medida, la influencia de los refugiados de las convulsiones políticas estaban cambiando el carácter de muchas ciudades. Había una búsqueda de explicaciones nuevas, y los antropólogos pensaban que podían participar en ella. Se habían especializado en “otras culturas”, pero las habían buscado lejos; ahora las encontraban en los barrios socialmente “inferiores”. (Hannerz, 1986: 11)

Estos nuevos espacios de trabajos de campo, sin duda han dado pie a nuevas formas de hacer y estudiar antropología. Desde los grandes cambios sociales por parte de las migraciones, o más concretamente los espacios transnacionales que las personas han creado y habitado para vivir y persistir, donde desarrollan nuevas prácticas y relaciones sociales, como es el caso de los espacios digitales; en donde también la antropología tiene un lugar preponderante. Así, la antropología cobra relevancia ante las transformaciones sociales constantes.

En la medida en que los grupos migran, se reagrupan en nuevas lugares, reconstruyen sus historias y reconfiguran sus proyectos étnicos, lo etno de la etnografía adquiere una calidad resbaladiza y no localizada, ante lo cual tendrán que responder las prácticas descriptivas de la antropología” (Appadurai, 2000:63).

Ahora, tras la pandemia, los lugares alejados se volvieron un anhelo, la esquina o el barrio algo complicado, siendo así la autoetnografía y la etnografía en casa un recurso no solo importante, también necesario para sobrellevar el encierro y los múltiples problemas a los que nos enfrentamos. Se volvió un arma importante para analizar nuestra “nueva cotidianidad”, que por nada queremos normalizar, por lo contrario estos trabajos son pruebas fehacientes de las transformaciones necesarias.

El cambio del lugar etnográfico en tiempos de Covid-19 es, sin duda, algo que deberá ser analizado y problematizado, aunque en este caso únicamente buscamos dar cuenta de lo que hicimos con lo que tuvimos. Sin dejar de lado la importancia del trabajo de campo y del método etnográfico en la formación antropológica de las y los alumnos. Así mismo, la fotoetnografía ha sido una de las herramientas que es parte significativa de la enseñanza, y que caracteriza a nuestro Departamento de Antropología por sus aportes desde el Laboratorio de Antropología Visual.

Nuestras herramientas tecnológicas fueron cámaras semi profesionales, cámaras de celular, computadoras con software libre -para editar las imágenes- y las redes sociales digitales. El recurso de una página como esta, fue propuesta por mí, ya que después de diciembre de 2020 reconocí en la mayoría de las y los alumnos la necesidad de hablar de lo que estaban viviendo, de lo que les preocupaba, les causaba malestar y les interesaba expresar. Así que estuvieron prestos a colaborar y trabajar arduamente.

Todo mi reconocimiento a Manuel Rábade, quién al compartirle mi idea sobre la realización de una página de inmediato se propuso a colaborar y hacer el diseño y programación, sin él esto no sería posible, y quizá nos hubiésemos quedado con la pura idea.

Siguiendo así, con la búsqueda de llevar más allá de las “aulas” –del Zoom- nuestras investigaciones, sosteniendo la relevancia de la antropología visual como parte de la disciplina y el desarrollo de la misma. Pues la imagen no sólo nos da cuenta de la mirada, sino de una serie de conocimientos y reconocimientos de nuestra realidad, con una responsabilidad en la representación. Y como bien menciona Ardévol “La práctica de lo visual tiene que ver con la observación directa y de primera mano. Pero también nos ayuda a reconocernos a nosotros mismos y nuestra mirada, es decir cuál es nuestro enfoque en campo” (2009: 4).

De tal manera que este es el resultado de un proceso que ha buscado destinar la mirada –y los otros sentidos- hacia nuestros entornos más cercanos, correspondiendo al compromiso como universitarios de analizar y evidenciar este momento histórico tan complejo, que poco a poco retoma otro rumbo, en algunos aspectos mucho más esperanzador.

Karla G. Ballesteros Gómez
Encargada del Laboratorio de la UAM-I y docente.
Ciudad de México, noviembre de 2021.

Bibliografía

Appadurai, A. (2000) La modernidad desbordada: dimensiones culturales de la globalización, México,Trilce y FCE.

Ardévol, Elisenda. (2009) Las técnicas de los sentidos:transformaciones de la práctica antropológica. Buenos Aires, IDES, 7 de octubre, 2009. Documento de trabajo.

Hannerz, U. (1993) Exploración de la ciudad. Hacia una antropología urbana. Madrid, Fondo de Cultura Económica.

Malinowski, B. (1973) Introducción, objeto, método y finalidad de esta investigación. Los argonautas del Pacífico Occidental. Barcelona: Península. (Pp. 19-42).